Recomendaciones
Limpia suavemente tu piel con leche desmaquillante, agua micelar o jabones sin alcohol ni fragancia. No talles al lavar ni al secarla.
Usa maquillaje líquido o cremoso con acabado luminoso, ya sea para la base, sombras, delineador o rubor.
Si necesitas sellar con polvo, aplica sólo un poco y suavemente, con una brocha gruesa.
Usa jabones suaves o líquidos para limpiarla. Después, hidrátala con una crema rica en vitaminas.
Si usas exfoliantes, aplica en seguida un tónico para calmar la piel y cerrar los poros.
Elige cremas de día con FPS (Factor de Protección Solar) y evita la exposición solar directa o por mucho tiempo.
Puedes usar prácticamente cualquier maquillaje sin problema: bases líquidas, cremosas, en mousse o polvo; con acabado mate o luminoso.
Evita limpiarla con productos muy agresivos, ya que te pueden resecar de más.
Usa un exfoliante o purificante de 1 a 2 veces por semana, según la sensibilidad de tu piel.
Si crees que saltarte la crema evitará que te salgan granitos, ¡piénsalo mejor! Cuando no hidratas la piel, produce más grasa, por lo tanto, brillo y granitos. Usa hidratantes ligeros o en gel.
Elige una base libre de aceite, de preferencia con acabado mate o semimate. Sella con una capa ligera de polvo suelto o mineral, con ayuda de una brocha gruesa.
Siempre aplica tu maquillaje sobre la piel limpia. Retoca sólo si es muy necesario.
Lava tu piel 2 veces al día, con productos libres de aceite. No la limpies en exceso porque secarla de más hará que produzca más grasa.
¡No te toques! Evita pasarte las manos por la cara durante el día y por nada del mundo de toques los granitos.
Usa primer antes de tu maquillaje (rostro, labios y ojos) para que dure por más tiempo.
Elige bases sin aceite y de larga duración, con acabado mate.
Lava constantemente tus brochas y aplicadores y no compartas tus cosméticos; tu piel es más propensa a acumular bacterias.
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